
“La educación personalizada quiere una educación integral”
Pierre Faure
Maternal - Preescolar - Primaria
Principios básicos de la educación personalizada.
En la delimitación de un sistema de educación es requisito esencial hablar de principios. Los principios psicopedagógicos buscan orientar continuamente el trabajo cotidiano de la escuela y del aula: son necesarios para una constante y dinámica evaluación, que permita al maestro ubicarse en el objetivo que pretende alcanzar y asimismo replantearse la actitud, actividades y recursos técnicos que está llevando a la práctica docente.
Es muy común que el maestro, ya dentro del aula, olvide los ideales elevados que debe alcanzar, y que la rutina diaria del trabajo, la cantidad de alumnos y los problemas normales del día, lo lleven a adoptar una actitud pesimista y deficiente y acabe por ser del montón y lamentar que el sistema lo absorba.

Primer principio:
LA ACTIVIDAD
"Toda ayuda innesesaria retrasa el desarrollo normal del alumno"
Todo lo que el alumno puede realizar por sí mismo, si el maestro o los padres lo realizan por él, en lugar de favorecerlo, lo perjudican.
Como se ve, este principio invita a la actividad del alumno, pretende convertirlo de mero espectador en actor.
Hasta ahora era considerado como el mejor maestro aquel que daba a sus alumnos más y mejores explicaciones. En el sistema de Educación Personalizada, se conceptúa como mejor maestro, al que mejor orienta, al que más hace reflexionar, el que provoca la observación, la búsqueda, la iniciativa y la creatividad del alumno: El que explica lo estrictamente necesario sin privar del ejercicio y esfuerzo conveniente al alumno.
Hay un hecho que sorprende y nos debe hacer reflexionar: el alumno por naturaleza es curioso, desea conocer; y sin embargo, presenciamos una inapetencia muy grande por parte de no pocos alumnos.
¿No será porque los conocimientos que les ofrecemos no están adaptados o se los presentamos con una metodología que nos invita a la pasividad, cuando al alumno lo que le entusiasma es la actividad?
El alumno siente la necesidad imperiosa de actuar, descubrir, investigar, realizar ensayos personalmente, establecer contacto con las cosas, experimentar.
Tenemos que reconocer, que aparte de contadas excepciones, ha predominado en la enseñanza el trabajo teórico por parte del maestro y la actitud receptora por parte del alumno.

Tercer principio:
LA SOCIABILIDAD
"Nada humano debe ser indiferente al alumno"
Una de las características esenciales que definen a la persona es la de ser sociable. De ahí que la Educación Personalizada dé suma importancia a este aspecto.
El hablar de sociabilidad se refiere a hechos ordenados y dirigidos en sentido de cooperación y participación, excluyendo todo matíz político.
La educación Personalizada abre caminos que favorecen la convivencia dentro de la cooperatividad y la amistad intensa, el desarrollo afectivo de una dimensión social que queremos proyectar en una sociedad opuesta a los mencionados conceptos.
El incremento de relaciones internacionales, las corrientes cada vez más intensas de intercambios comerciales, culturales y turísticos, abren nuevas posibilidades para poner en práctica el espíritu de sociabilidad por el que aboga la Educación Personalizada.
Podemos señalar rasgos que manifiestan el nivel de sociabilidad en la Educación Personalizada:
•Apertura a los otros.
•Disponibilidad.
•Dialogo.
•Consulta libre a los compañeros.
•Respeto a los demás.
•Interés y atención a los acontecimientos de los otros a nivel personal, familiar, nacional e internacional.
•Uso del material en común.
El mismo silencio que tantas desazones cuesta a los educadores, no debe constituir problema, ya que debe ser una exigencia que pide el respeto a los demás, no en función de una disciplina, ni por efecto de una acción policial o represiva.

Segundo principio:
LA INDIVIDUALIDAD
"No hay dos alumnos que sean enteramente iguales"
Este principio exige, como consecuencia lógica, una atención y adaptación a cada uno de los alumnos, teniendo presente el temperamento, las actitudes y capacidades de cada uno de ellos.
La adaptación no significa transigir con insuficiencias, tolerar antojos o caprichos, sino que se debe intentar configurar a cada individuo según sus posibilidades.
Educar es procurar un encuentro personal, buscar caminos de relación profunda, relación de persona a persona.
Si admitimos que cada alumno es diferente, ¿por qué empeñarnos en educar a todos indistintamente, o adoptar el criterio falso de tomar como prototipo en nuestra actuación al alumno medio, cuando éste no existe?
El acercamiento personal evitará el peligro de creamos un tipo de alumno ideal. El alumno que existe concretamente es Juan o Pedro.
Con la observación constante se logrará un conocimiento mas exacto del alumno, que no será un conocimiento definitivo, pues el alumno está en una continua evolución que obliga al maestro a la revisión constante.
Para lograr un conocimiento adecuado del alumno, el educador debe quitar las barreras clásicas entre maestro y discípulo. Por ejemplo la supresión de la cátedra -cuya localización era reflejo y símbolo de toda una mentalidad -: situarse en una actitud de sencillez, que atañe también al maestro, si es que desea acercarse a sus discípulos.
Para que el maestro logre realizar este acercamiento tiene que poner delicadeza, voluntad constante, habilidad, intuición y ese don especial que se llama tacto para tratar a cada uno del modo más conveniente, ya que cada uno es un misterio muy complejo.

Cuarto principio:
LA LIBERTAD
"No puede haber verdadera educación si no se dan opciones"
La libertad sólo se realiza eligiendo. El alumno se ve solicitado como nunca y es necesario formarlo para que sepa optar, toda educación que se base en fórmulas impositivas, esta llamada al fracaso.
Es conveniente tener presente este principio que nos ofrece la Psicología: "La repetición de una acción buena no educa si no interviene la voluntad".
Es muy conveniente que todo educador tenga presente que la imposición no educa. El ideal, por lo que a la libertad se refiere, es una prudente y gradual evolución que vaya de la prescripción y presión, a la libre opción o elección.
La causa eficiente, última, de toda obra educadora es la voluntad del alumno. Pero la voluntad es fruto de la libertad de cada uno. La educación debe ser querida y aceptada.
No es conveniente dejar libertad absoluta de opción cuando el alumno no puede ser dueño de su destino. La libertad desmesurada conduce al libertinaje, imposibilita la verdadera educación.
Al decir que hay que respetar la libertad del alumno, no significa que el alumno se vea sin dirección alguna.
La libertad debe supeditarse al bien común. Todo acto que perjudique a los demás, es un abuso de la libertad. La auténtica libertad implica capacidad de elegir, pero también capacidad de aceptar la responsabilidad de los actos libres.

Quinto principio:
LA CREATIVIDAD
"No saldremos de lo vulgar si no fomentamos la creatividad"
Si los educadores nos empeñamos en decir todo lo que tienen que hacer los alumnos, nunca evolucionarán hacia una adultez independiente y creadora.
Esta ya sobrepasa la idea de que la creatividad es privilegio de unos pocos. Todos los alumnos tienen capacidad de ser creadores, pero se tiene que cultivar este aspecto, pues de lo contrario, nos exponemos a dejar en penumbra muchos talentos.
El pensamiento creador se inicia a causa de la entrada en escena de un problema.
Toda actividad que esté canalizada, inserta en normas restrictivas, mata la creatividad. La Educación Personalizada rehúye la tarea de copia y resúmenes, y concede atención preferente al fomento de habilidades mentales, sociales, manuales, etc. La recepción de meros datos es insuficiente. Se debe pedir originalidad, búsqueda, profundización, creatividad en todos los trabajos, que en definitiva es lo que sirve de estímulo para el alumno.
Lo opuesto a la creatividad es la copia servil, la rutina, lacra que carcome un sistema tradicional agonizante que conduce al aburrimiento.
Por lo contrario, la creatividad produce satisfacción y deseos de proseguir el camino emprendido en busca de metas cada vez más altas y a la vez, inspira seguridad y confianza en sí mismo.
La creatividad supone amplitud de criterio en el educador y libertad suficiente que favorezca la espontaneidad e iniciativa, en el alumno. El autoritarismo y la rigidez matan toda iniciativa.
Los principios en que se fundamenta psicopedagógicamente la Educación Personalizada no son técnicas o procedimientos, sino orientación y justificación de lo que se haga en el salón de clases.
Todo lo que se haga y disponga en el salón y en la escuela deberá tener una razón de ser en los principios ya señalados.